El presidente del Gobierno español, y candidato a repetir en el cargo tras el 28-A, Pedro Sánchez, y el primer secretario del PSC y diputado en el Parlament, Miquel Iceta, han cometido un error, que fuentes de los socialistas catalanes consideran que es de principiantes en la política, con la decisión del líder del PSOE de que Iceta sea el futuro presidente del Senado.
Sánchez e Iceta dieron por hecho que el Parlament concedería al líder del PSC el apoyo que necesita para ser senador autonómico, y ocupar en el Senado el escaño de José Montilla para, posteriormente, ser elegido presidente de la cámara. Este último trámite no plantea ningún problema, dado que el PSOE tiene la mayoría absoluta después de las elecciones del pasado 28 de abril. Ambos no tuvieron en cuenta que varios grupos del Parlament pondrían dificultades a la propuesta para que Iceta se convierta en senador, unas dificultades que ya han retrasado los plazos que Sánchez había decidido para la operación.
Además, las apelaciones de Iceta y Sánchez a la tradición y a la cortesía parlamentarias, parecen una broma. Olvidan que el independentismo ha cerrado el Parlament cada vez que le ha interesado para evitar que se manifieste públicamente su profunda división interna. Y olvidan lo que ocurrió en el Parlament con los derechos de la oposición parlamentaria el 6 y el 7 de septiembre de 2017, entre otras actuaciones que difícilmente pueden considerarse un ejemplo de cortesía parlamentaria.